Carlos Gallegos Pérez, cronista de la ciudad, condenó que se pintara grafiti en la base del reloj público por parte de un grupo de feministas, quienes se manifestaron la tarde y noche del lunes para exigir justicia para Salma Montes y otras mujeres víctimas de la violencia.
En tono de indignación, el cronista calificó como “una barbarie” el que las manifestantes hayan pintado con aerosol consignas al pie del ícono arquitectónico de Delicias, el cual fue construido en el año de 1949 para dar la hora y señalar los cuatro sectores en que se divide la ciudad.
“Es increíble lo que han hecho estas personas; yo condeno a la vez, condeno todo acto de violencia para todos, contra todo ser humano, contra todo… pero hablando del caso específico de las mujeres, lo condeno con energía, con coraje, con rabia inclusive. Sin embargo, vivimos en un estado de derecho, todo delito, cualquier delito, hablando de feminicidios, hablando de violencia, de violaciones, etcétera, debe ser absolutamente castigado, para eso están las leyes”, señaló.
Gallegos Pérez subrayó que las feministas pueden acudir ante las autoridades para denunciar cualquier tipo de violencia, pero lamentó que cometan actos de barbarie como el grafitear construcciones históricas como el reloj público y el Palacio de Gobierno.
Sostuvo que no existe argumento que justifique hechos como la pinta del reloj, como tampoco hay nada que justifique un feminicidio, un abuso, violación o cualquier atropello a un ser humano.
Carlos Gallegos recordó que el reloj público fue inaugurado el 22 de mayo de 1949, siendo presidente municipal Emiliano J. Laing. Desde entonces, afirmó, el monumento arquitectónico no había sufrido ningún deterioro, excepto la remoción de la maquinaria original para sustituirla por otra.
“Nos dice dónde se dividen los sectores, nos dice tantas cosas de la historia y no debe ser posible que unas personas salvajes, sin conciencia, bajo el turulito de hacer justicia ¿Hacer justicia a quién? La justicia está ahí en el tribunal, en los juzgados, en la denuncia. Los bienes inmuebles, que son nuestras joyas públicas, no tienen la culpa de nada”, sentenció.