A un año de lo que es una época marcada para los libros de historia, se puede comprobar que hemos aprendido de los errores de nuestros gobernantes, que las malas decisiones, no nos pueden llevar a un buen lugar, pero, sobre todo, que la ignorancia de un gobierno puede crear el caos social de un país.
El crecimiento personal nos trae hasta este momento: a un año del daño, nos damos cuenta de pequeñas cosas que nos crearon la incertidumbre sobre lo que deparaba el futuro. A un año, donde el gobierno de México anunciaba lo que serían 30 días para las vacaciones, nos esperaba una semana santa totalmente diferente a lo que pasamos en años pasados, el inicio de una nueva normalidad, afectando así a toda una generación de estudiantes, de no solo un país, sino del mundo.
El adaptarse al cambio, un entorno resiliente y el autocuidado, serían la envoltura de nuestro pasado marzo del 2020, todo aquello, entorno al marcado porvenir del futuro incierto. Por si fuera poco, se suma a ello una caída histórica del producto interno bruto, que no podría ser controlada hasta avanzando el tercer trimestre del año, por mencionar uno de los problemas de la economía mexicana.
A un año de la pesadilla para el empleo, tenemos por resultado un México que ha pasado factura a todas y todos: Una caída de 198 mil 33 puestos para mediados de marzo, y para abril triplicando aquella cifra, se tuvo una caída total de más de 555 mil 247 puestos de trabajo, siendo hasta varios meses después que se empezaría a recuperar aquella cantidad de caídos, por la apertura de pocos lugares, en escasas locaciones.
Abonando a esa crisis, la moneda nacional carece de entendimiento y muestra la famosa montaña rusa, del sube y baja nacional. Nos queda claro que aquél año que nos hizo daño, marca y subraya una línea en la historia de la cual nos será complicado salir; empero, bien se dice que el 2021 viene a dar buena suerte y que ningún mar en calma hizo experto a un marinero. Sólo queda esperar las futuras decisiones que nos pondrán a bregar sobre el camino, esperando siempre que ese camino, sea el mejor.